SER UN «TIPO DURO»: mejor para la guerra pero peor para la vuelta a casa

En un artículo interesante de «La Vanguardia» el pasado Enero, daba a conocer como suprimir las emociones o el sentido de autosuficiencia pueden dificultar el acceso y la efectividad del tratamiento en el trastorno de estrés postraumático.
Las FFAA y las FFCCSS, desarrollan sus servicios en actividades y entornos peligrosos, situaciones límite. Desde el punto psicológico eso tiene consecuencias (Ansiedad, trastorno de estrés postraumático…) sobre todo si no hubo entrenamiento psicológico y si no hay asistencia mental después de las intervenciones límite.
El entrenamiento militar enfatiza la importancia de rasgos asociados a la masculinidad tradicional (supresión de emociones, autosuficiencia…). Pero cuando los veteranos de guerra regresan a casa, la estricta adherencia a estos rasgos puede ser perjudicial siendo los síntomas del TEPT más grave y hace que sea más difícil de tratar, según la Asociación Americana de Psicología. Además ello interfiere también en la búsqueda de Tratamiento de salud mental.
Los estudios también encontraron que los veteranos a menudo intentan reafirmar su masculindad después del trauma, participando en un comportamiento masculino estereotipado exagerado, como la agresión y el aumento del comportamiento sexual, para compensar la lesión que el trauma tuvo en su identidad.
Las experiencias traumáticas, pueden conducir a sentimientos de impotencia y desesperanza, que están en oposición al concepto tradicional de masculidad, lo que puede exacerbar los síntomas del TEP, además de crear barreras para obtener el tratamiento necesario.
Puedes encontrar el artículo original en el siguiente enlace…

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