Categoría: Consejos

El síndrome de quemarse por el trabajo son las respuestas formadas por sentimientos de agotamiento emocional, actitudes negativas hacia los receptores del servicio y una tendencia a evaluarse a sí mismo de manera negativa, lo cual está relacionado con sentimientos de insatisfacción con el puesto de trabajo. Las etapas son:

1. UNA MOTIVACIÓN SIN LÍMITES: Se quiere dar lo mejor de sí mismo.
2. EXCESIVAS EXIGENCIAS: En la búsqueda de la perfección, obliga a uno mismo a ir más allá de los límites propios.
3. NO CONSIDERACIÓN DE NECESIDADES PERSONALES. A menudo se sacrifica el ocio y tiempo libre a favor del trabajo.
4. LA HUIDA: Se multiplican los momentos de malestar, de estrés o incluso de pánico.
5. REDEFINICIÓN DE LOS VALORES: Desatención progresiva de los amigos y familia, la persona se aísla.
6. NEGACIÓN DE LOS PROBLEMAS: Se muestra cada vez menos paciente y tolerante hacia los demás, llegando incluso a la agresividad.
7. REPLIEGUE EN UNO MISMO: Ya no se siente la necesidad de salir o de ver a los demás. Las interacciones sociales se reducen a lo necesario.
8. LOS CAMBIO DE COMPORTAMIENTO: Invasión del cansancio, el estrés y la soledad.
9. LA DESPERSONALIZACIÓN. La persona cree que ya no tiene nada bueno que ofrecer, baja la autoestima.
10. VACÍO INTERIOR. El vacío se intenta llenar con excesos, por ejemplo: tabaco, alcohol, drogas, sexo…
11. DEPRESIÓN: Sensaciones de agotamiento, desesperación y apatía.
12. BURNOUT. Se toca fondo, al borde del colapso, se hace consciente el desgaste profesional.

A pesar de todas estas etapas, es verdad, que hay salida: un cambio de vida, de plantilla, de brigada, de puesto de trabajo… se consciente de lo que está ocurriendo y si te hace falta ve a un profesional…

La dependencia al alcohol es un tema tabú en la administración, que tiene graves implicaciones individuales y laborales, entre todos hay que buscar soluciones para prevenir este problema, a continuación os indicamos algunas pautas para su evaluación:

• Deseo de consumir alcohol.
• Disminución de la capacidad para controlar el consumo de alcohol.
• Síntomas de abstinencia cuando el consumo se reduzca o cese.
• Tolerancia (Aumento progresivo de dosis para conseguir los efectos).
• Abandono progresivo de otras fuentes de placer a causa del consumo.
• Persistencia del consumo, a pesar de las evidentes consecuencias perjudiciales.

El trabajador a nivel individual debe acudir a cualquier centro especializado en el que le darán solución, Por su parte, la administración debe extremar los exámenes de vigilancia para la salud, potenciar la prevención y fomentar la promoción de la salud mental.

En el mes de Julio perdieron la vida tres compañeros por decisión propia, aunque es verdad que es a final de año cuando se tiene evaluar los parámetros de la salud mental laboral para no dejarnos llevar por las emociones. Arrancaba a finales del año pasado el Plan de Promoción de la Salud Mental y Prevención de la Conducta Suicida en la DGP, en la que tenemos puestas muchas esperanzas, se dotaba de recursos a dicho plan al incorporar Facultativos y Técnicos para implementar dicho plan al que hay que dar tiempo para evaluar sus resultados… Pero es cierto que la realidad impone acelerar los procesos, además Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, ha indicado que, independientemente de las cifras, «cada muerte es una tragedia. Prestar atención al suicidio es incluso más importante ahora.

A nivel de prevención por parte de la Administración, se hace imprescindible:

1- La incorporación de la Evaluación de la Salud Mental en la Vigilancia de la Salud anual de los agentes. Cuyos resultados tienen que ser prescriptivos en el orden del tratamiento.

2- La provisión de armeros en las plantillas, ya que el modus operandi en los Policías es con el arma de fuego de forma mayoritaria, medida auspiciada por la OMS.

3- La evaluación de riesgos psicosociales en la plantillas, allí donde la administración, los sindicatos, y los policías lo demanden. No solo se debe evaluar al policía, sino también a los mandos, a la administración, a las plantillas, en consonancia con la evaluación sistémica.